Menos de un año después de la declaración de la reserva marina en el freu desa Dragonera se empiezan a ver resultados y las poblaciones de peces del islote dan señales de recuperación, de manera que meros y corvinas, antes ausentes a poca profundidad, ahora se pueden ver con más asiduidad.
El Govern balear declaró reserva marina 912 hectáreas del freu de sa Dragonera en octubre del año pasado y reguló las actividades pesqueras y el buceo, con el fin de intentar recuperar las poblaciones de peces comerciales y la pesca artesanal, ha recordado la Dirección General de Pesca y Medio Marino en un comunicado en el que señala que nueve meses después se empiezan a ver resultados.
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Los buzos que visitan habitualmente la zona han informado de una mayor presencia de meros y corbinas.
Diferentes estudios científicos previos a la declaración de la reserva marina, en particular los censos visuales realizados en julio de 2016, ya habían demostrado que los recursos pesqueros de sa Dragonera se encontraban muy disminuidos pero presentaban un gran potencial de recuperación, atendiendo a las características físicas del espacio.
Los autores del informe de 2016 consideran que algunas zonas del litoral de sa Dragonera, como na Pòpia o el cabo de Llebeig, son algunos de los puntos con más biomasa potencial de peces de todos los estudiados del litoral de Baleares.
La composición específica de las poblaciones de peces comerciales observada en 2016, que muestra el patrón de biomasa habitual en las áreas no protegidas del litoral balear, detalla que los sargos y las variadas son las especies más abundantes y más importantes, en ausencia de especies sedentarias de talla media o grande como el mero y la corbina.
En sa Dragonera, la biomasa de meros observada en 2016 no superó el 3 % de la biomasa total.
Según la Dirección General de Pesca y Medio Marino, en las reservas marinas de Baleares, uno de los primeros efectos de la protección es la aparición de meros y corvinas, que poco a poco pasan a ser las especies dominantes en términos de biomasa en sustitución de los espáridos, aunque los sargos y las variadas continúen siendo las especies más abundantes en número de individuos.
Éste es el caso de la isla del Toro, dónde poco después de la declaración de la reserva marina ya se registró un aumento de la biomasa de meros y corvinas, que a los pocos años superó el 50 % de la biomasa total de peces. Actualmente, estas especias emblemáticas representan el 75 % de la biomasa de peces comerciales del Toro.
En sa Dragonera, nueve meses después de la declaración de la reserva marina, ya hay señales evidentes que estos cambios se están produciendo. Los buzos que visitan habitualmente la zona así lo han comunicado a la Dirección General de Pesca y Medio Marino y los meros y corvallos, antes ausentes a poca profundidad, ahora ya se pueden ver con más asiduidad.
La aparición de estas especies se debe a que permanecían escondidas a gran profundidad, fuera del alcance de los pescadores submarinos. Una vez esta actividad se ha eliminado, los peces están recuperando las aguas más superficiales que son su hábitat natural.
Sin embargo, se trata tan sólo de un indicio esperanzador de lo que puede venir en pocos años, con biomasas de peces iguales o superiores a las de la reserva marina de la isla del Toro, según augura la Dirección General de Pesca y Medio Marino.