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Naufraga la patrulla de la posidonia

Particulares y agrupaciones ecologistas denuncian el fondeo masivo sobre praderas y la falta de medios suficientes para su control

Posidonia de laboratorio para reforestar el mar

La impunidad con la que las embarcaciones de recreo -megayates incluidos- fondean cada verano sobre las praderas de posidonia a lo largo y ancho de lacosta balear no parece haber sufrido merma alguna con la nueva flotilla de vigilancia del Govern. Las denuncias de particulares y asociaciones vecinales y ecologistas se reproducen a diario, también a través de fotografías colgadas en las redes sociales que demuestran la incapacidad de los poderes públicos para mantener a raya a un ejército estival de embarcaciones que en ocasiones no respetan ni la línea de balizamiento.

La Conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca puso en marcha el pasado julio su dispositivo de vigilancia de fondeos, compuesto por diez lanchas distribuidas de la siguiente manera: seis para Ibiza y Formentera, tres para Mallorca y una para Menorca. Una dotación que se está revelando demasiado exigua para controlar con garantías el litoral balear y que además ve lastrada buena parte de su efectividad por la falta de competencias en materia sancionadora: los vigilantes pueden dar aviso a la Guardia Civil o a agentes medioambientales de la infracción, pero no pueden poner la multa.

El GOB advirtió antes de su puesta en marcha del dispositivo que no sería «suficiente». Los ecologistas aplaudieron la iniciativa «como herramienta informativa», pero, a su modo de ver, haría falta «la dotación de personal propio con competencia sancionadora».

La conselleria informó a finales del pasado mes de más de 2.230 actuaciones en los 15 días que llevaba en marcha el servicio, que durante ese tiempo había informado y reubicado a 546 embarcaciones. La empresa Solrac es la que se encarga de gestionar un servicio en el que el Govern gasta 300.000 euros. Pero a la luz de la estampa que lucen las playas del archipiélago, especialmente en fin de semana, laposidonia sigue pasando un verano tan duro como lo fueron los anteriores.

Las denuncias de fondeos ilegales se están multiplicando este mes de agosto. La plataforma Salvem Portocolom denunció la presencia de una cuarentena de embarcaciones hace dos semanas fondeando sobre posidonia entre el faro y las playas de s'Arenal de Portocolom (Felanitx). Salvem Portocolom hizo un llamamiento a la población para que ayude a poner coto a estos comportamientos mediante denuncias al 112.

También lleva todo el verano poniendo el grito en el cielo Terraferida, que ha querido hacer hincapié en la parte de responsabilidad del sector náutico instando a sus asociaciones a «no obviar el problema de la destrucción de posidonia que causan sus fondeos».

A sus anchas

En el caso de Mallorca, la costa de las comarcas de Llevant y del Migjorn son de las más afectadas. Sin ir más lejos, este mismo fin de semana docenas de embarcaciones campaban a sus anchas -algunas sin respetar ni siquiera el límite marcado por la línea de boyas- sobre las praderas de emblemáticas playas vírgenes de la isla como Es Carbó o Es Cargol (Ses Salines).

«Son pocos y con pocos medios», señalan desde el GOB, quienes abogan por ampliar la plantilla de los controladores y «dotarlos de los recursos necesarios». La organización ecologista comparte denuncias propias y ciudadanas a través de su cuenta de Twitter, incluida la del megayate que la pasada semana estuvo fondeando sobre las praderas de Es Trenc. El GOB denunció que para cuando llegó Medio Ambiente el yate ya había abandonado una zona de posidonia en la que había estado fondeando hasta el mediodía, cosa que demostró mediante una aplicación de seguimiento de embarcaciones. El director general de Espacios Naturales y Biodiversidad, Miquel Mir, reconoció que el servicio debe «seguir mejorando», mientras que el GOB subrayó que a la espera de unas «mejoras» que pueden que no lleguen nunca no queda otra que intentar afinar el control mediante la colaboración ciudadana.

Para más inri, el Periódico de Ibiza informaba ayer de que tres de las seis embarcaciones dedicadas a la vigilancia de Ibiza y Formentera -las cuales prestan especial atención al Parque Natural de Ses Salines- han quedado inhabilitadas después del fuerte temporal de la pasada semana. Ese fue el motivo de que el pasado fin de semana el dispositivo de vigilancia quedara reducido a la mitad.

La habilitación de la flota de vigilancia de fondeos sobre zonas protegidas fue una de las medidas complementarias del decreto de protección de la posidonia que prevé aprobar el Govern (el pasado mes de mayo se publicó un borrador abierto a participación pública). Se trata de la primera iniciativa legislativa de una comunidad autónoma orientada a la protección de la posidonia, un organismo esencial para el equilibrio de la biodiversidad marina y que en el caso del archipiélago balear ocupa más de 650 kilómetros cuadrados, prácticamente la superficie de Ibiza y Formentera.